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Concursos de 'crowdsourcing': ¿cómo decir que no a una idea sin destruir la relación con los participantes?

Publié par Patrick BOUILLET
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Elodie Jouny-Rivier (ESSCA), Aurélie Hemonnet (IAE Aix-Marseille Graduate School of Management - Aix-Marseille Université), Cyrielle Vellera (Universidad Toulouse 1 Capitole)

Has participado en un concurso de crowdsourcing online con una idea brillante... Pero, unas semanas después, recibes un correo electrónico en el que se te comunica que tu idea no ha sido seleccionada.

 

¿Qué imagen tendrás entonces de la marca que organizó el concurso? Esta es la pregunta que nuestro estudio se propuso responder. Para ello, entrevistamos a participantes que habían perdido en retos de crowdsourcing, con el objetivo de comprender las consecuencias del rechazo de ideas en la relación entre participantes y marcas.

El concepto fue popularizado en 2006 por Jeff Howe, columnista de la revista norteamericana de innovación digital "Wired", donde escribió el emblemático artículo "The Rise of Crowdsourcing".

 

Cada vez son más las empresas que recurren regularmente al crowdsourcing para estimular su capacidad de innovación, lanzando concursos abiertos en plataformas online como Agorize, Open Ideo o eÿeka. La existencia de estas plataformas no es casual. De hecho, el desarrollo de esta práctica se ha visto acelerado por la aparición y el uso generalizado de herramientas digitales, que en este campo, como en tantos otros, facilitan la puesta en contacto de personas con necesidades complementarias.

 

Existen tres tipos principales de producción participativa: el crowdsourcing de tareas sencillas basadas en la recopilación de datos y la generación de contenidos (por ejemplo, OpenStreetMap, TxtEagle), el crowdsourcing de tareas complejas basadas en la resolución de problemas técnicos y que requieren cierta pericia (por ejemplo, la actualización del sistema de código abierto Linux, los proyectos de I+D propuestos por NineSigma) y el crowdsourcing de tareas creativas, o "artísticas", que fomentan la generación de ideas.

 

Creatividad externalizada

El crowdsourcing es una forma rápida, barata y eficaz de que las marcas se beneficien de los conocimientos y la experiencia de colaboradores a veces expertos. Fomenta la implicación de los clientes participantes, que se sienten escuchados y reconocidos por la marca. Pero también tiene sus

 

límites. Por supuesto, la persona o personas que estén detrás de los proyectos seleccionados quedarán satisfechas. Pero todas las demás ideas serán automáticamente rechazadas, lo que puede frustrar y desmotivar a los participantes. También existe el riesgo de que los que fracasen tengan una imagen dañada de la marca que les gustó en un principio. Para evitar estos inconvenientes, los iniciadores de las operaciones deben prever los efectos del rechazo.




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